- Jose Ramos Trejo
Rendición de cuentas: necesidad nacional imperante
A través del hecho de afrontar una boleta de notas, se puede alegorizar el acto de rendición de cuentas, las partes involucradas, su importancia y, naturalmente, las consecuencias de que esta no se lleve a cabo.

Redactor: Jose Ramos
Editor: Flavia Palomino
Imagina el siguiente escenario: se escucha el sonido característico de las notificaciones de correo. Los padres ya han advertido al hijo que recibirá lo que ha pedido solo si es que ha rendido efectivamente en el colegio, de lo contrario, será privado de sus fuentes de ocio. A lo largo del semestre, le han brindado todas las facilidades que pudieron. Así, cuando por fin escucharon el sonido, el menor no volteó a verlos, porque sabía que no era la primera vez que los había decepcionado. Muchas veces el recibir la boleta no es lo que intimida, tensa o preocupa, sino lo es la confrontación con la otra parte involucrada. En este caso, es la confrontación con aquellos a quienes siente les debe algo, es decir, los padres.
A pesar de esto, el responder por el trabajo realizado es importante para el desarrollo, pues incentiva a cumplir con lo que se tenía previsto y a mejorar cada vez más el rendimiento. Al igual que dicho estudiante, muchos de nosotros, por no decir todos, nos enfrentamos al proceso de justificar nuestros resultados. Este acto toma especial relevancia cuando se refiere a aquellos quienes nos gobiernan, porque indica el tipo de trabajo que están realizando y las señales que quieren enviarnos, ya que no siempre es posible supervisar todo lo que ellos realizan.
Dado ello, este artículo tratará sobre la importancia de la rendición de cuentas, las herramientas útiles para calificar a un político que fue elegido, cuál ha sido el desempeño de la actual administración en sus primeros tres meses y, por último, el rol de la población al pedir cuentas y ejercer control sobre el poder.
La rendición de cuentas no es otra cosa más que un intento por manejar responsablemente o “domesticar” el poder (Schedler, 2008); es decir, que las autoridades “se ajusten a la legalidad, el debido proceso y que sus decisiones reflejen las demandas ciudadanas” (Peruzzotti, 2008, p. 1-2). Dicho de otra manera, la rendición de cuentas es una manera de recordarles a los políticos de dónde se deriva el poder del que gozan.
En los regímenes democráticos, el poder del dirigente tiene como fuente a la comunidad que ha decidido someterse. Esta sujeción se da porque se quiere evitar que el desenfreno de las personas acabe con la comunidad, pues, cuando hay una autoridad, hay mediación y arbitraje (Savater & Ayala, 1992). Debido a que el poder no procede de los gobernantes, sino que estos solo lo administran, deben rendir cuentas tal como estudiante se debe a sus padres. Los ciudadanos vienen a ser entonces la “autoridad” a la que se debe el gobierno de turno.
Así, en las relaciones democráticas, la rendición de cuentas es más un medio para lograr un objetivo que un fin en sí mismo, porque “lo obliga a abrirse a la inspección pública; lo fuerza a explicar y justificar sus actos, y lo supedita a la amenaza de sanciones” (Schedler, 2008, p. 14). La experiencia del COVID-19 es más que suficiente para señalar cuán relevante es que el poder cumpla con su deber. Si tan solo se hubiese tenido mejor infraestructura, mejores equipos y se hubiese invertido más en educación para tener personal médico calificado, muchas muertes se podrían haber evitado.
Al igual que en la escena introductoria, dos partes siempre se involucran en la rendición de cuentas del ámbito político: el gobierno y la población. A cada una de las partes le corresponde una dimensión de este acto. La obligación de informar sobre las decisiones y de justificarlas pertenece a los gobernantes, mientras que la capacidad de sancionar políticos o funcionarios en caso no hayan actuado bien corresponde a toda la ciudadanía (Schedler, 2008).
Redacción Gestión (2016) expone un trabajo de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en el que se señala que cerca del 31.5% de peruanos se considera desinteresado en la política. Esto provoca que los gobernantes no se hagan cargo de sus acciones, por lo que, no sorprende su bajo desempeño tanto en la actualidad como en periodos anteriores. En resumen, se puede decir que los peruanos no se interesan en la política porque sienten que ellos mismos no reciben interés por parte del gobierno, pero esto sucede porque no se demanda una rendición de cuentas, y no es posible exigir resultados si no hay interés… Así, el círculo vicioso de la realidad política peruana continúa.
Entonces, la solución más adecuada para evitar que la población pierda interés en cómo se administra el poder que se deriva de ella, es que el político de turno empiece a tener un discurso transparente y entendible en cuanto a su trabajo. Por tanto, se espera que se supere la barrera de los tecnicismos y se use un lenguaje más “digerible” para la población. Un acontecimiento trascendental en la política nacional sería que las autoridades, de forma coordinada, adopten la rendición de cuentas de manera voluntaria y no obligatoria, pues esto trae consigo un valor agregado en la percepción de la población y una dosis de confianza tan faltante en la política peruana. Esto se evidencia en la opinión del 60.6% de los peruanos, quienes creen que la corrupción es el principal problema del país (Instituto Nacional de Estadística e Informática, INEI, 2020).
Por su lado, ya han pasado 100 días desde que el maestro Pedro Castillo asumió el rol de Presidente de la República. Su alborotado ascenso sorprendió a casi todos, pues pasó de ser un candidato poco conocido, a ser ganador de las Elecciones Generales del 2021. Su corta aparición en el escenario político está plagada de frases cuanto menos controvertidas. Sea por ignorancia o sea por prejuicios, ha dicho algunas frases condenables cuando aún era candidato, como: “porque el maltrato, porque el feminicidio es producto de la ociosidad que genera el mismo Estado, la despreocupación, la delincuencia. Si generamos desarrollo, atraemos a la juventud, la sacamos de la ciudad impulsando el desarrollo” (Redacción El Comercio, 2021) o “el Congreso hoy aprueba normas por lo que dice la calle, pero este Gobierno va al Tribunal Constitucional y este falla en contra del pueblo. Vamos a desactivar en el acto el TC y el tribunal siguiente tiene que ser elegido por mandato popular, así como todos los jueces y fiscales” (Redacción Gestión, 2021a).
Quizá no se dé cuenta de lo que afirma. Incluso, puede que haya caído en el dilema de no saber que está equivocado porque justamente no tiene el suficiente conocimiento para distinguirlo. Ahora, como presidente, continúa con esta mala práctica. Lo último que viene diciendo sobre recuperar el gas de Camisea contribuye a la incertidumbre, que perjudica a la economía, y además da más motivos a la oposición para una posible vacancia, lo cual alimenta el conflicto político (Redacción Gestión, 2021b). Además, tal como el estudiante que no puede ver a sus padres porque sabe que los ha decepcionado una vez más, el presidente rehúye a las entrevistas en donde los periodistas le piden una rendición de cuentas.
Por otro lado, una manera objetiva de calificar a un presidente sería revisar su plan de gobierno. Al analizar sus proyectos, se puede debatir acerca de ellos y mejorar su viabilidad. Una realidad sorprendente del gobierno de Castillo es que no hay un plan. Dada esta ausencia, las críticas a los proyectos son imposibles, porque no se puede analizar lo que no se ha propuesto. Además, querer desarrollar sobre la marcha es riesgoso y se puede terminar con más pérdidas que ganancias.
Por ello, si es que para futuras ocasiones otro postulante a un cargo de poder estatal sí cuenta con un plan de gobierno, lo que debe hacerse es trascender a la ambigua dicotomía de izquierda y derecha, para así sopesar rigurosamente los beneficios y los costos de cada proyecto, considerando tanto las condiciones del momento como la evidencia histórica. No se pueden llevar a cabo experimentos políticos o económicos guiados por discursos populistas, sino trabajar en soluciones técnicas a los problemas que aquejan al país. Iniciativas como insistir con el cambio de constitución, nacionalizar el gas o contemplar la idea de cerrar el Congreso no deberían ni siquiera formar parte del debate. En cambio, salir de la crisis sanitaria, invertir en educación, impulsar la inclusión financiera, brindar acceso a una pensión para los informales o pensar en cómo formalizar las mypes son temas en los que sí se debería enfocar recursos.
No obstante, lo que ahora nos compete a nosotros, los ciudadanos, es reflexionar sobre la importancia de votar a los mejores prospectos, iniciar proyectos patrióticos para servir al país desde la administración pública y emprender iniciativas que suplan el rol del gobierno en tanto este reacciona. Además, continuamente debemos fiscalizar al presidente y a todas las autoridades de manera rigurosa, es decir, reducir sesgos y dejar de usar generalizaciones que solo encienden más las grietas que tenemos como unidad de contrapeso al poder.
La rendición de cuentas es importante para supervisar que aquellos en quienes hemos puesto el poder lo administren correctamente en beneficio de todos. Lamentablemente, la actual gestión, con ya 100 días al mando, no quiere rendir cuentas ante el pueblo. No puede quedar así. El poder deriva de nosotros, por eso: ¡estemos vigilantes!
Referencias:
Instituto Nacional de Estadística e Informática. (2020). Perú: percepción ciudadana sobre gobernabilidad, democracia y confianza en las instituciones, semestre: octubre 2019 - marzo 2020. https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/boletines/informe_de_gobernabilidad_may2020.pdf
Peruzzotti, E. (2008). Marco conceptual de la rendición de cuentas. Buenos Aires: Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella.
Redacción El Comercio. (3 de junio de 2021). Pedro Castillo y Perú Libre: las reiteradas expresiones contra las mujeres y la población LGTBI. Diario El Comercio. https://elcomercio.pe/politica/pedro-castillo-peru-libre-las-reiteradas-y-peligrosas-expresiones-contra-las-mujeres-elecciones-2021-segunda-vuelta-noticia/?ref=ecr
Redacción Gestión. (31 de marzo de 2016). ¿Cuánto les interesa la política a los peruanos? Diario Gestión. https://gestion.pe/peru/politica/les-interesa-politica-peruanos-145628-noticia/
Redacción Gestión. (14 de marzo de 2021a). Pedro Castillo: “Vamos a desactivar el TC y el tribunal siguiente tiene que ser elegido por mandato popular”. Diario Gestión. https://gestion.pe/peru/politica/pedro-castillo-vamos-a-desactivar-en-el-acto-el-tc-y-el-tribunal-siguiente-tiene-que-ser-elegido-por-mandato-popular-nndc-noticia/?ref=gesr
Redacción Gestión. (15 de octubre de 2021b). Castillo pide ley al Congreso para nacionalizar el gas de Camisea. Diario Gestión. https://gestion.pe/economia/pedro-castillo-insta-al-congreso-trabajar-una-ley-para-la-nacionalizar-el-gas-de-camisea-nndc-noticia/
Savater, F., & Ayala, H. (1992). Política para amador. Barcelona: Ariel.
Schedler, A. (2008). ¿Qué es la rendición de cuentas? Instituto Federal de Acceso a la Información Pública. http://biblioteca.udgvirtual.udg.mx/jspui/handle/123456789/1047